
El núcleo de las Vegas se encuentra en la actualidad en un buen estado de conservación, siendo una de las pocas localidades que aun mantienen ese marcado carácter rural que poseían las medianías del Sur de Tenerife,
existiendo buenos ejemplos de arquitectura canaria,
así como de una rica cultura tradicional, en la que destacan entre otros elementos la ermita dedicada a Nuestra Señora de La Esperanza,
la cual tiene una particularidad única, y es que la campana no se encuentra en la ermita, sino que aparece colgada en un pino aledaño.
Aquí una vez al año se reúnen los bailarines de la “Danza de las Varas” para realizar su ofrenda a Santa Ana. En este baile ancestral que se celebra el 26 de julio los danzadores recorren el pueblo portando unas varas decoradas con papeles de gran colorido, comenzando y terminando en la ermita al son de la música.
El sendero que a continuación se describe es una ruta circular que parte del Caserío de las Vegas y que une varios caminos tradicionales que discurren por las medianías altas del municipio.
En concreto este itinerario asciende por la calle Guajara y abarca parte de 3 caminos denominados como El Aserradero, El Molino y Camino del Taro.
Estos atraviesan un área de marcado carácter rural, hoy en día en claro abandono, en la que se pueden observar cultivos tradicionales de la isla insertados en un medio natural en el que el pino canario cada vez más acentúa su presencia.
El comienzo del sendero parte del caserío de Las Vegas, situado en las medianías altas del municipio, siendo uno de los núcleos de población más antiguos de Granadilla, tras ser la primera entidad poblada después de la finalización de la conquista castellana y el reparto del territorio. El origen de este núcleo se encuentra muy vinculado a la fertilidad de sus tierras de cultivo.

Como su propio topónimo indica, existen algunas vegas o gavias en las cercanías del caserío. Este sistema de cultivo tradicional consiste en la concentración de las aguas de escorrentía en una zona de escasa pendiente con el propósito de obtener producciones agrícolas en lugares donde, a priori, la mala calidad de los suelos y las escasas precipitaciones harían muy difícil su consecución. Estas gavias fueron cultivadas de papas, cereales, legumbres, e incluso frutales de secano, que aun en la actualidad se pueden observar.

Desviándonos del camino que sube hacia la cumbre “altos de Granadilla”, cogemos el denominado Camino del Molino, en el cual se nos muestra de vez en cuando pequeños nateros abandonados en algunas barranqueras. Los nateros son un sistema de cultivo tradicional que aprovecha la escorrentía y la humedad de estos barrancos para ir recogiendo a lo largo de los años los finos, que escalonándose en terrazas llegan a ser plantados, tradicionalmente, por cultivos de escasa exigencia en agua.
CUEVA VIVENDA
El camino nos lleva hasta la pista que asciende hacia Madre del Agua, donde nos encontramos con una de los elementos más singulares de la arquitectura rural del municipio de Granadilla de Abona, como es el Molino de Agua de Las Vegas, el cual nos habla del importante legado patrimonial que posee la cultura del agua, en un territorio donde este bien es escaso.
Aquí se alcanza una pista agrícola a partir del cual se comienza el descenso hacia el caserío de Las Vegas, atravesando sectores donde la agricultura tradicional en jable hace acto de presencia, observando algunos bancales así como cuevas, y otros elementos singulares del patrimonio rural como es un horno.









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